El 10 de octubre se declaró el Día Mundial de la Salud Mental en 1992 por la Federación Mundial de Salud Mental (WFMH, por sus siglas en inglés), como una jornada para promover la conciencia, educar al público y movilizar esfuerzos sobre la salud mental. 
Desde entonces, cada año se elige un tema que orienta campañas, charlas y acciones globales. La idea es romper estigmas, mostrar que la salud mental no es privilegio sino necesidad, y que todos podemos aportar —como individuos, comunidades e instituciones— a crear sociedades más humanas y más sanas. 
2. Avances en los añosA lo largo de estas décadas hemos visto progresos importantes:
Aumento del reconocimiento institucional: la OMS, gobiernos y organizaciones internacionales han incorporado la salud mental como componente esencial en sus agendas de salud pública. 
Políticas nacionales de salud mental: muchos países han diseñado planes nacionales, leyes y redes de atención comunitaria para complementar los servicios psiquiátricos tradicionales.
Tecnologías y telepsicología: la pandemia aceleró la adopción de terapias online, aplicativos de bienestar mental y plataformas digitales que permiten llegar a zonas remotas con apoyo psicológico.
Visibilidad social: celebridades, activistas y usuarios comparten públicamente sus luchas emocionales, humanizando el tema y reduciendo el estigma.
Investigación científica creciente: hay más estudios sobre prevención, intervenciones tempranas, factores sociales de riesgo y bienestar colectivo.
Estos avances, sin embargo, aún están lejos de ser uniformes: en muchos países, el acceso sigue siendo precario y la brecha entre lo urbano y lo rural es amplia.
3. Qué se está haciendo en el mundo y en América LatinaEn el mundo
Proyectos de vigilancia en tiempo real: algunos países monitorean las internaciones por intento suicida o crisis psiquiátricas para actuar rápidamente.
Inserción de salud mental en atención primaria: médicos generales, enfermeros y centros locales actúan como primer filtro para detectar depresión, ansiedad o crisis.
Campañas masivas de educación emocional: se trabaja para que niños, adolescentes, docentes y familias adquieran habilidades de regulación emocional, prevención y empatía.
Modelos de “ciudades amigables con la salud mental”: espacios urbanos pensados para reducir el aislamiento, promover el contacto social y facilitar atención accesible.
En América Latina
En muchos países latinoamericanos se han lanzado programas nacionales contra el suicidio, implementado líneas telefónicas (líneas de ayuda) y ampliado cobertura de servicios municipales.
Uruguay ha tomado medidas específicas: mejorar la detección, seguimiento de eventos de suicidio e intentar ofrecer antidepresivos gratuitos como parte de políticas de salud mental. 
También se impulsan centros jóvenes de salud mental, talleres comunitarios y alianzas entre organizaciones no gubernamentales, universidades y gobiernos locales.
Uruguay es uno de los países de América con tasas de suicidio particularmente altas. En 2022, se registraron 823 muertes por suicidio, equivalente a 23.3 muertes por cada 100.000 habitantes, la cifra más alta hasta ahora. 
Ese nivel es más del doble del promedio regional (~9 por 100.000). 
Además, Uruguay ha implementado sistemas de vigilancia en tiempo real de intentos suicidas para mejorar la intervención y seguimiento. 
La relevancia es clara: no es un número, son personas—vecinos, colegas, amigos—que sintieron que no había alternativa. Y esa incidencia obliga a que la prevención no sea periférica sino central en políticas, salud pública y cultura social.
5. Qué deben tener en cuenta personas, actores sociales, comunicadores y políticos para avanzar en prevención integralAquí algunas recomendaciones desde una perspectiva psicológica social:
Para las personas
Reconocer que no se nace sabiendo estar bien. Cuidar la salud mental es un acto activo.
Aprender a identificar señales: cambios en el sueño, apetito, ánimo persistente bajo, aislamiento, pensamientos negativos recurrentes.
No esperar al “punto crítico”: buscar ayuda cuando las emociones incómodas se vuelven frecuentes o intensas.
Cultivar redes de apoyo reales: familiares, amigos, grupos con intereses comunes. La conexión genuina es semilla de bienestar.
Para actores sociales / comunicadores
Usar un lenguaje cuidadoso: evitar frases sensacionalistas o culpabilizadoras. Mostrar historias de recuperación, no solo tragedia.
Compartir información útil y profesional (teléfonos de emergencia, recursos locales).
Promover campañas locales continuas, no solo un día al año.
Crear espacios seguros para que la gente se exprese—radio comunitaria, talleres, radiofórums, clubes.
Colaborar con organizaciones de salud mental y voluntariado para descentralizar la atención.
Para políticos, sistemas de salud y tomadores de decisiones
Priorizar presupuesto para salud mental: centros locales, formación de personal, infraestructura comunitaria.
Integrar salud mental en atención primaria (médicos generales, centros locales).
Garantizar acceso efectivo (geográfico, económico) en zonas rurales, barrios vulnerables.
Desarrollar políticas de prevención del suicidio: vigilancia, seguimiento de casos, protocolos de intervención temprana.
Crear marcos legales protectores de derechos psicológicos, formación obligatoria de bienestar emocional en escuelas y empresas.
Fomentar la investigación local: datos nacionales desagregados, estudios socioculturales para políticas contextuales.
Este 10 de octubre nos recuerda que la salud mental no es un asunto individual, sino colectivo. Que nadie debería sentirse desechable ni invisible por sus emociones. Que la vulnerabilidad no es debilidad sino parte de lo humano.
Si estás atravesando un momento difícil: extendé la mano. Hablá con alguien, pedí ayuda profesional, compartí lo que sentís aunque sea difícil. Y si conocés a alguien que sufre en silencio, ofrécele escucha y acompañamiento sin juicios.
Porque avanzar hacia una sociedad más compasiva, conectada y emocionalmente saludable es tarea de todos. Y el primer paso comienza con reconocer que vale la pena no rendirse.
Jorge Lopez - Estudio Once Uruguay
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