En una pequeña comunidad rural del departamento de Tinogasta, Catamarca, Joaquín Araya, de 13 años, ha marcado un hito al graduarse de la Escuela Primaria Rural N°133, ubicada en El Durazno. Este pequeño pero significativo acto representa el esfuerzo de las familias que luchan por la educación en zonas alejadas y de difícil acceso.
A pesar de las dificultades que enfrentan las familias que habitan en lo alto del cerro, la escuela continuará funcionando. Este año, nuevos alumnos se incorporarán al establecimiento, manteniendo vivo el acceso a la educación en una comunidad donde solo residen cinco familias. El compromiso de docentes y alumnos es clave para la continuidad educativa en estas zonas apartadas.
Superando obstáculos para acceder a la educación
El Durazno es una región de difícil acceso, donde las condiciones climáticas y geográficas dificultan el traslado y la comunicación. Sin embargo, esto no impide que el espíritu de superación prevalezca, permitiendo que niños como Joaquín culminen su educación primaria.
El caso de Joaquín Araya refleja la realidad de muchos niños en Argentina que estudian en condiciones adversas. Su historia es un recordatorio de la importancia de fortalecer la educación rural y brindar mayores oportunidades a quienes viven en comunidades alejadas.
Fuente : https://www.launion.digital/
