Desde cambios en la dieta hasta el temido “jet lag”, las alteraciones en el ambiente y la rutina afectan nuestra microbiota intestinal, según advierten expertos internacionales.
Aunque la diarrea del viajero es una de las afecciones más conocidas, no es la única. La mayoría de la gente no se da cuenta de que el estreñimiento es en realidad el fenómeno gastrointestinal más común durante un viaje, coinciden los expertos.
Entre los principales causantes de estos trastornos, se encuentran:
-Agua y alimentos contaminados: un problema frecuente en regiones con estándares de higiene más bajos.
-Cambios en la dieta. Alimentos nuevos o condimentados pueden alterar el sistema digestivo.
-Estrés y ansiedad. El cambio de entorno afecta la función intestinal.
-Rutinas alteradas. El jet lag y la falta de sueño influyen directamente en la digestión.
Para disfrutar de las vacaciones sin molestias digestivas, los especialistas recomiendan:
-Mantener un ritmo alimenticio constante. Consumir pequeñas porciones de alimentos con frecuencia.
-Comer lentamente evitará hinchazón y gases.
-Planificar las comidas y actividades. No hacer ejercicio inmediatamente después de comer.
-Cuidado con la conservación de alimentos, especialmente en verano, donde las altas temperaturas facilitan la proliferación de bacterias.
-Evitar irritantes comunes: limitar grasas, alimentos, café, alcohol y bebidas gaseosas.
-Hidratación constante: priorizar el agua sobre otras bebidas.
-Incluir probióticos y prebióticos en la dieta: el yogur, por ejemplo, puede ayudar a equilibrar la flora intestinal.